En esta línea, cabe destacar que el esfuerzo en la contención de costes por parte de las entidades impacta en una mejora generalizada de la eficiencia, situándose en el nivel del 45%. Además, la progresiva reducción del coste de riesgo se refleja en el menor volumen de dotación a provisiones, un 20% menos frente al tercer trimestre de 2014 en el conjunto de entidades analizadas.
«Ante estos datos», indica José Luis Cortina, «la Banca se enfrenta a tres grandes retos; primero, la rentabilidad. Para ello, en los próximos ejercicios, será fundamental impulsar la captación de crédito, ajustar la estructura de costes e impulsar la venta cruzada con los productos fuera de balance. En este sentido, quien no sea capaz de responder a las exigencias de capital de sus inversores y a los requisitos de solvencia de los reguladores, acabará expuesto a posibles fusiones que garanticen una estructura rentable y solvente».
En clave de negocio, el fortalecimiento del negocio minorista es uno de los factores clave de la rentabilidad para 2015 y 2016. Por el lado del activo será fundamental acelerar la concesión de créditos, buscando el crecimiento de los volúmenes de nueva producción con unos márgenes más estables y con el impacto positivo del descenso de la morosidad en las carteras antiguas.
Por otro lado, los productos fuera de balance continuarán creciendo a tasas elevadas, destacando el buen comportamiento de los fondos de inversión seguidos de los planes de pensiones. Este incremento está motivado por la búsqueda de mayor rentabilidad por parte de los clientes en el contexto de baja remuneración de los depósitos a plazo y está incrementando la partida de comisiones en la cuenta de resultados.
Segundo reto, la eficiencia. La media de las entidades cotizadas se sitúa en el 45% y todos los bancos mejoran su eficiencia con respecto a 2014. Es importante el ajuste de capacidad instalada de la banca española, la mayor frente a sus comparables europeos, con una reducción del número de empleados del 27% desde 2008 y un total de un 31% de oficinas menos en los últimos 7 años.
Esta reducción de la capacidad viene acompañada por un reenfoque necesario en la estrategia de las redes de oficinas, las cuales necesitan reforzar su valor como activo estratégico de las entidades, optimizando su papel en la experiencia de cliente y su potencia comercial para impactar en el eje de ingresos de la entidad.
Tercero, la multicanalidad y transformación digital. En la actualidad su impacto en los resultados es acotado pero su relevancia en los próximos años exige mover ficha. «La digitalización de los servicios es un camino que la banca ya ha iniciado; a día de hoy se está produciendo un profundo progreso en la relación entre el cliente y la banca. Los nuevos canales de comunicación, su implantación y maduración es un desafío en el cual todo el sector de banca retail se encuentra ya inmerso en busca de nuevas soluciones», concluye el presidente de NEOVANTAS.