Actualmente, la inteligencia artificial no es exclusiva de empresas de alta tecnología, ni es algo que sucederá en un futuro, sino que ya es una realidad accesible capaz de transformar a las organizaciones. Y todo gracias a las últimas tecnologías mucho más accesibles que están permitiendo a los ordenadores aprender y razonar como seres humanos, realizando funciones cada vez más sofisticadas mediante desarrollo de sistemas informáticos capaces de realizar tareas que normalmente requieren la inteligencia humana, tales como la percepción visual, el reconocimiento de voz, análisis de datos, la toma de decisiones y la traducción entre lenguajes.
Nuestra sociedad tiene que hacer un uso correcto de las posibilidades que ofrecen estas soluciones inteligentes al ser más efectivas, rentables e innovadoras, al mismo tiempo que poder ser capaces de ayudar a resolver los grandes retos de la humanidad que van desde el cambio climático, hasta la racionalización de recursos ante el crecimiento demográfico en las próximas décadas. Pero, sobre todo, estas soluciones inteligentes pueden ayudar ya en el ámbito empresarial y su influencia en la economía mundial a la que se le deben incorporar nuevos modelos de crecimiento sostenibles en el tiempo.
En este sentido, los sectores empresariales que podrían ser los más afectos a implantar y explotar estas aplicaciones tecnológicas, aunque se podrían aplicar prácticamente a todos, serían el Asegurador y Bancario debido a los cambios que se están produciendo en sus canales tradicionales en cuanto a la captación y fidelización de clientes. Igualmente, el sector de Telecomunicaciones, inmerso actualmente en un escenario de vertiginosos avances tecnológicos, y el de Energía con una alta volatilidad de precios y un elevado nivel de exigencia del consumidor, serían sectores donde las tecnologías de inteligencia artificial podrán desarrollar aplicaciones útiles y de gran valor.
Asimismo, es de destacar la importancia que podría tener la inteligencia artificial en todos los departamentos de las empresas debido a que, no sólo facilitaría y simplificaría muchas de las tareas que hoy se realizan en los distintos departamentos, sino que además aumentaría su eficiencia. Así, por ejemplo, en el área de los RR.HH. la incorporación de la inteligencia artificial permitiría mejorar la predicción sobre el comportamiento y efectividad de un nuevo empleado. También las fuerzas de ventas dispondrían de beneficios palpables con la inteligencia artificial al poder visibilizar de forma sistemática nuevos clientes potenciales, identificar cambios repentinos en sus ciclos de compra o conocer las actuaciones de la competencia de manera cuasi inmediata.