Estamos ante un escenario en claroscuros, si bien los resultados de la Gran Banca (Santander Esp., BBVA Esp., CaixaBank Esp., Sabadell Esp., Unicaja Banco y Bankinter) durante este primer semestre de 2022 han sido positivos y han superado expectativas presentando un crecimiento del Beneficio Neto agregado del 36% i.a., lo que supone 3.739 millones de euros derivados de su actividad desarrollada en España, el nuevo impuesto les va hacer mucho más complicado alcanzar niveles de rentabilidad suficientes para su sostenibilidad en el tiempo.
El Informe de Banca para este semestre, elaborado por la consultora Neovantas, destaca que los Ingresos recurrentes de estas entidades bancarias, los puramente bancarios, han aumentado a nivel agregado en un 13,9% con respecto al primer semestre del pasado año en su actividad desarrollada en España. Esto se ha debido al aumento del margen de intereses (+9,9% i.a.) y de las comisiones netas (+20,8% i.a.), habiendo alcanzado a nivel agregado más de 9.000 millones de euros y 5.662 millones de euros, respectivamente. Por otro lado, también ha influido el descenso de gastos de explotación (-12,4% i.a.), por las reestructuraciones acometidas, y la reducción de provisiones (-133,4% i.a.). A este respecto, de los seis grandes bancos, destaca CaixaBank Esp. que ha obtenido un incremento de sus Ingresos recurrentes del 15,9% i.a., unos 4.767 millones de euros, debido en parte a la rentabilidad de sus productos (fondos, seguros de ahorro y depósitos). Aunque cabe matizar que este dato no ha tenido en cuenta el resultado generado por Bankia previo a la fusión en 2021, ni los extraordinarios asociados a esta fusión. Otros dos bancos que destacan en el terreno positivo han sido Santander Esp. (+7,8% i.a.) y Bankinter (+7,2% i.a.).
Pese a estos buenos resultados, la situación a corto y medio plazo para la Gran Banca española es incierta, si se atiende a los diferentes frentes abiertos en el panorama internacional, como es la continuidad del conflicto Ucrania-Rusia, que está conllevando a una redefinición del panorama geopolítico que impacta económicamente en todos los mercados. Así, tenemos ya una inflación galopante a nivel mundial, que va a dar lugar a cierta recesión económica, obligando a los bancos centrales a subir los tipos de interés y, en este sentido, “habrá que ver con que virulencia puede llegar a afectar a España, a su consumo interior y al pago de deudas, con el correspondiente aumento de la morosidad”, comenta José Luis Cortina, Presidente de Neovantas. “Esto va a provocar que la Gran Banca española realice mayores provisiones, como lo está haciendo ya la banca americana, y se refleje en una caída de sus beneficios. A lo que se suma el nuevo impuesto que el Gobierno va aplicar a las entidades financieras. Un varapalo para éstas. Con todo ello, veremos si la Gran Banca va a poder seguir siendo una palanca relevante de la economía nacional en el corto-medio plazo como lo ha sido durante el difícil período de la pandemia”, matiza Cortina.
Sin embargo, el Informe de Neovantas permite vislumbrar un horizonte esperanzador a largo plazo en el que las valoraciones de la banca española en bolsa se relanzarán, hoy muy por debajo de sus valores en libros. Esto se debe a diversas razones de carácter más estructural, tal como que ya se han acometido los procesos de restructuración más necesarios, aunque posiblemente tengan que seguir reduciendo costes. Además, están avanzando con el diseño y puesta en marcha de un modelo de banca sostenible y rentable, que se caracteriza por la omnicanalidad y la explotación de datos estructurados y desestructurados (textos, audios e imágenes). Y, por último, a nivel más macro se está empezando a ordenar la competencia sobre todo de sus nuevos entrantes con medidas como, por ejemplo, reglas de juego a las Fintech, que además, por las circunstancias macroeconómicas actuales, están viendo reducirse sus fuentes de financiación teniendo que tomar medidas drásticas de reestructuración en detrimento de su crecimiento exponencial de estos últimos años.
Por lo que respecta a la morosidad, uno de los asuntos que sin duda deberá abordar la Gran Banca, se sitúa en el 4,18% (último dato publicado de mayo 2022) y, aunque supone un descenso pronunciado con respecto al 4,55% de 2021, lo que implica que los créditos se están pagando sin especiales dificultades, los supervisores alertan de un más que posible aumento de la mora como consecuencia del menor crecimiento y de las mayores dificultades de empresas y particulares para pagar. No obstante, excepto Unicaja Banco (+9,5% i.a.), todos los bancos han reducido su tasa de morosidad en estos últimos meses.