Para alcanzar dicho resultado, se definió como objetivo conductual concreto el motivar a los empleados para mejorar su desempeño a través del rediseño del esquema de incentivos. Definido esto, se analizó el sistema de incentivos en profundidad y se evaluó si estaba en línea con aspectos fundamentales de la Economía Conductual que podrían influir en el desempeño del agente. De esta forma, se detectaron sesgos como: aversión a la pérdida, efecto de dotación y efecto encuadre entre otros.
A partir de estos, se diseñó y realizó un piloto (experimento conductual) para probar la eficacia en el día a día de los gestores y se consiguió un incremento de la eficacia en el grupo experimental superior al 30% .