En este 2020 y derivado, fundamentalmente, del COVID-19 las rutinas y la forma de trabajar de los empleados del sector financiero se han remodelado de manera sustancial. En paralelo, el propio cliente de banca también ha vivido en primera persona la necesidad de adaptarse y actualizarse a un entorno totalmente nuevo. Por esta razón, se podría decir que con esta nueva era está surgiendo de forma acelerada un nuevo perfil de usuario bancario. Pero, ¿cuáles son las características de este cliente?
En primer lugar, este cliente es más digital en el sentido de que busca realizar todo tipo de operaciones y gestiones financieras a través de la App o Web de las entidades, siempre y cuando no se pierda la conexión emocional y el trato humano con su gestor o asesor de confianza. De esta forma, ahorra tiempo y desplazamientos y dispone de los servicios 24/7, incluso fuera del horario de oficina. Además, conviene subrayar que este cliente considera fundamental en este frente digital que las plataformas puestas a su disposición sean intuitivas y le inspiren fiabilidad y seguridad.
En segundo lugar, este cliente bancario busca un mayor grado de personalización, debido a que quiere vivir una experiencia totalmente única e hiperpersonalizada. Esta característica que emerge en los clientes se ha visto acentuada por el hecho de estar lejos de su gestor o asesor de confianza. Así, a mayor nivel de customización mejor será su experiencia, más satisfecho estará y, a término, mayor vínculo de confianza se forjará entre este cliente y la entidad.